Dos meses de andadura
(Somos mayoría IV)
Julio
Anguita
Estimad@s
conciudadan@s:
Desde
hace mucho tiempo la sufriente y mayoritaria ciudadanía española, es convocada
cada quince días, aproximadamente, a un espectáculo mediático que a fuer de
repetitivo es ya cansino: el fin de los problemas e incertidumbres sobre la
deuda, la economía, el euro o la UE como consecuencia de las decisiones de la
troika comunitaria o de algunos de sus miembros. A las pocas horas del
“acontecimiento” que se suponía trascendental, la realidad vuelve a emerger: no
hay solución desde la perspectiva de los DDHH, el Derecho, la Razón o la
Justicia. Los intereses de la minoría financiera y sus políticos adiestrados
siguen siendo no sólo prioritarios sino exclusivos.
Cuando
se escriben estas líneas (2 de Agosto) la reunión del BCE ha concluido con la
decisión de que si los países con dificultades por la prima de riesgo o la
presión de los “mercados” quieren una salida que les garantice la colocación de
su deuda soberana deben pedir el rescate y con él las condiciones y recortes
que se les impongan. El sueño, o mejor la quimera, de Rajoy y Monti se ha
venido abajo. Y es que el problema, más allá de la tipología política del
gobernante de turno, estriba en el fracaso, a la luz de la Justicia Social, de
este proyecto de UE con una moneda única hija de un acuerdo suicida para muchos
de los países que en su momento lo firmaron. La evidencia de los hechos conduce
a una conclusión: por ese camino no hay solución.
Pero
el espectáculo todavía consigue arrastrar a determinados espectadores que en su
ingenuidad siguen creyendo que por ahí vendrán las soluciones y que, en
consecuencia, debemos esperar, como ciudadanos y como españoles, a que las
instancias pertinentes decidan sobre nuestras vidas, haciendas y futuro como
país. Comento dos informaciones extraídas de lo cotidiano que explicitan mejor
que yo el disparate en el que nos han metido.
En
un trabajo de José Luis Rodríguez de ATTAC de Sevilla y ex asesor de varias Consejerías
de la Junta de Andalucía, publicado en Rebelión, encontramos los siguientes
datos:
AÑO
|
DEUDA
|
2000
|
373.506 millones de euros
|
2005
|
391.083 millones de euros
|
2009
|
561.319 millones de euros
|
2010
|
641. 802 millones de euros
|
2011
|
734.961 millones de euros
|
Según mis cálculos, la deuda en
el año 2011 ha sido de 15.000 euros por habitante.
Pero no me resisto a transcribir
otros datos e informaciones:
AÑO
|
CAPITAL + INTERESES ANUALES
|
2000
|
72.000 millones de euros
|
2005
|
85.000 millones de euros
|
2009
|
125.000
millones de euros
|
2010
|
169.000 millones de euros
|
A estos datos quiero añadir una
consideración que también reproduzco del citado trabajo: los gastos de Sanidad
y Educación en el 2011 dieron una cifra conjunta de 117.254 millones de euros;
comparemos esa cantidad con la suma de capital e intereses del año anterior y
tendremos ante nuestros ojos una evidencia numérica de superior capacidad
explicativa que cientos de discursos.
Hace
unos días el Presidente de la Junta de Andalucía ha criticado con vehemencia la
decisión del Ministerio de Hacienda de recortar en 2.735 la capacidad de
endeudamiento de la Administración Autonómica Andaluza. El Sr. Griñan ha
explicado que ello puede suponer “ el cierre de 19 hospitales o el de 2.000
centros de enseñanza o el despido de uno de cada cuatro funcionarios hasta
60.000” .Esto es muy grave; y lo es más aún que una administración tenga que
recurrir de manera permanente al crédito para sufragar el gasto corriente. Pero
además hay una gravedad añadida consistente en endeudarse de manera permanente
en vez de recurrir a una reforma fiscal que haga pagar a los que evaden,
ocultan, falsean o incumplen sus obligaciones fiscales. En 90.000 millones de
euros cifraba el profesor Navarro el importe del fraude fiscal en España y ello
sin hablar de evasión de capitales, exenciones y bonificaciones a determinadas
rentas o simplemente prebendas a determinados grupos, situaciones o intereses.
La espiral de la deuda, en su mayor parte ilegítima por ser contraída para
tapar agujeros, fracasos y operaciones irregulares de intereses privados (la
banca), conduce a España a su dilución como país independiente y a su
permanente ninguneo como voluntad democrática manifestada como pueblo soberano
y supuestamente acatada como fuente de legalidad y legitimidad; la inseguridad
jurídica y legal que a ello ha conducido sólo es comparable con los períodos
más oscuros y tristes de nuestra historia de de los siglos XIX y XX. Y todo
ello sin hacer mención del paro juvenil y del otro, la ausencia de política
económica digna de tal nombre y, sobre todo, la carencia de proyecto de ningún
tipo. Todo se reduce a esperar un milagro que así nunca va a producirse.
Todavía,
desde determinadas instancias políticas y mediáticas, se lanza un doble
mensaje: la formación de un Gobierno de Unidad Nacional para afrontar la
situación o en su caso, nuevas elecciones para intentar así que la otra cara
del bipartidismo gobierne. Olvidan o quieren hacernos olvidar que el problema
reside en el proyecto de Unión Monetaria que aprobado en Maastricht hace 20
años ha conducido al euro. Sin cambiar el proyecto, los relevos políticos y las
alternancias no solucionan nada No me resisto a exponer un ejemplo que explica
mejor que los grandes discursos cuál es la esencia del problema.
El
Tratado de la Unión Europea, anteriormente referenciado, prohibió a los
gobiernos que acudiesen a sus bancos centrales para endeudarse. Así una fuente
de financiación barata (con intereses cercanos a 0) fue prohibida y en su lugar
fue la banca privada la que quedó como prestamista única de los gobiernos. Pues
bien, la diferencia entre lo que España ha tenido que pagar en el 2011 por
intereses a la banca y los que hubiera debido pagar al Banco de España si este
hubiera sido el prestamista, ha sido de 21.000 millones de euros. Ni el Banco
Central Europeo, ni el Fondo Monetario Internacional ni tampoco la Unión
Europea (la famosa troika) están concebidos para una economía productiva,
generadora de puestos de trabajo y regida por la Justicia Social. Por eso
apelar a que cambien únicamente los actores políticos es continuar con la misma
obra. No puede ir por ahí el camino. En esta hora de España, Europa y el Mundo
no podemos engañarnos y seguir esperando a que alguien nos solucione el
problema; el cambio sólo puede venir de la mayoría, por plural, varia e incluso
abigarrada, que ésta sea. Un cambio que se sustenta en una meta y en dos
afirmaciones rotundas.
No
hay proyecto ni futuro para la mayoría sin que cuatro conceptos y sus
contenidos correspondientes, se constituyan en el horizonte de la acción de los
pueblos y sus mayorías: los DDHH. La Democracia en su acepción más completa y
profunda, el Derecho y la Justicia Social. Y ello no será posible mientras la
acción de la ciudadanía no tenga claro que:
1. La economía es ciencia de medios
y no de fines; es decir que es la voluntad democrática de la sociedad quien
decide qué tipo de economía hay que desarrollar para conseguir los fines y las
metas anteriormente expuestos.
2. El desarrollo de la actividad
económica debe ser compatible con el equilibrio medioambiental y en
consecuencia debe también supeditarse a ese mandato y al respeto que debemos a
las generaciones futuras.
¿Hay señales de que las cosas
pueden ir en esa dirección?
Sólo
hace dos años que el 15 M conmocionó a la opinión pública española y a parte de
la mundial. Aquello supuso y supone que en colectivos y grupos sociales
importantes cualitativa y cuantitativamente considerados, había prendido la
voluntad de ser protagonistas de su destino y en consecuencia la capacidad de
autoorganizarse.
Aquel
acontecimiento no puede borrar de nuestra memoria una ingente cantidad de
asociaciones y organizaciones que desde antes del 15M ya venían manteniendo
posiciones basadas en programas alternativos y en esquemas de organización
social fuertemente democráticos. Pero fue este movimiento el que tuvo la
capacidad de un “hacer caer en la cuenta” más generalizado.
En
menos de un año han ido apareciendo o renaciendo movimientos, proyectos y propuestas
de radical factura democrática que bajo la forma de foros, convocatorias,
llamamientos a la rebeldía democrática, etc. están marcando el inicio de una
nueva época.
En
menos de un año se han puesto de actualidad conceptos y palabras como Proceso Constituyente,
Asamblea Constituyente, Empoderamiento, etc. que, o bien no se habían escuchado
antes o bien se habían olvidado.
En ese río
de opinión pública, en esa corriente de renovación democrática profunda y de
Justicia Social se inserta nuestro proyecto de Frente Cívico. No pretendemos
ser distintos a nadie ni tampoco considerarnos portadores exclusivos de ese
ímpetu de cambio profundo. La característica que mejor nos defina y singularice
quizás sea la de la transversalidad; es decir la especial atención que ponemos
en buscar un denominador común en esa mayoría tan varia y plural y hacerlo con
el método de elaboración colectiva de programas, propuestas y acciones
pertinentes para implantarlos y llevarlos a cabo.
Y en eso
estamos; somos conscientes de nuestras limitaciones estructurales y
organizativas pero también somos conscientes de que la realidad y los deseos de
cambiar soplan con fuerza nuestras velas.
¿En que
situación nos encontramos?
Al día de
hoy se han adherido 4.050 personas de las cuales 2738 ya han recibido la
confirmación para que se puedan conocer y dirigirse a otras de la misma
localidad.
Se han
terminado con los datos recibidos entre los días 17 y 23 de Julio. En breve se
comenzará a introducir otras 1000 adhesiones.
En Alicante,
A Coruña, Asturias, Cádiz, Madrid y Sevilla ya se han constituido asambleas y
elegido provisionalmente a sus coordinadores.
De la misma
manera nos consta fehacientemente que en Barcelona capital y en Vilanova y la
Geltrú también se han constituido asambleas.
A través de
otras informaciones sabemos que en Madrid y varias capitales más se ha empezado
el proceso asambleario pertinente.
Queda por
constituir los grupos de Palencia, Segovia, Soria , Ceuta y Melilla.
En cuanto a
Córdoba se procederá a constituir la asamblea en el mes de Septiembre.
Os rogamos
que pongáis el mayor esfuerzo y el mayor énfasis en la elaboración de
propuestas programáticas que vayan enriqueciéndose desde la base hasta la
futura estructura estatal.
Mientras
tanto y en aquellos lugares en los que ya estéis constituidos con el acta
correspondiente podéis, si así lo creéis conveniente, tomar o secundar
iniciativas que no colisionen con los principios o metodología del Frente
Cívico.
Estamos
estudiando hacer una gran comparecencia pública en el mes de Septiembre.
Paciencia, tesón y ánimo.
***
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