viernes, 23 de noviembre de 2012

Una IU-CM del 99%

Reproducimos el siguiente artículo sobre la pasada asamblea precongresual y sobre lo que puede pasar en la próxima asamblea regional.
Recordamos que este blog quiere publicar todas las opiniones que aporten ideas para la mejora de IU.

Una IU-CM del 99%

Hugo Martínez Abarca *

Hace casi cuatro años hubo una Asamblea Regional de Izquierda Unida-Comunidad de Madrid (IU-CM) insólita: se llegó a un difícil acuerdo por una lista unitaria que daría lugar a una dirección supuestamente compartida en la que aparentemente daba un paso atrás buena parte del núcleo dirigente histórico de IU-CM. Muchos pensamos que la propia unidad suponía la posibilidad de un cambio en IU-CM imprescindible. La ausencia de tales cambios y el carácter meramente cosmético de ese paso atrás de quienes, de hecho, seguían controlando IU-CM sin necesidad de estar en los órganos dio al traste con la unidad. La lista unitaria nos sirvió sólo para tener una asamblea unida, pero la ausencia de cambios reales hizo que aquella unidad fuera absolutamente precaria. De ahí que hayamos vivido cuatro años con las convulsiones propias de cualquier partido madrileño. Y de ahí también que cuatro años después una buena parte de IU-CM consideremos que esta vez no se trata de hacer como si estuviéramos unidos sino de realmente poner las condiciones que permitan la unidad.

La asamblea regional que celebraremos el 1 y el 2 de diciembre tiene que permitir construir una organización muy distinta de la que deja el larguísimo ciclo de un núcleo dirigente agotado.
La unidad de la izquierda madrileña es posible. No sólo la de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid, sino la complicidad con una sociedad que se está levantando, que está en la calle peleando por rescatar la sanidad que le quieren robar, por salvar la educación para nuestros hijos, esa sociedad que todas las semanas se une para detener algún desahucio de una vivienda. Hace demasiadas décadas que no hubo unas condiciones tan duras para nuestra gente, para nosotros mismos, pero a su vez tan propicias para apartar las querellas internas y generar no sólo una unidad aparente sino realmente hacer de la fraternidad el instrumento revolucionario que nunca debimos abandonar. Ocurre que esa unidad es muy difícil si mientras paramos un desahucio hay quien dice representar a IU-CM en el consejo de administración de la entidad que desahucia acompañando a Rodrigo Rato hasta su final. También es muy difícil si frente a las movilizaciones populares argumentamos que “privatizan la plaza” con retórica idéntica a la usada por Esperanza Aguirre. Si no somos capaces de ser el instrumento de las plataformas contra la privatización del Canal de Isabel II que presente una querella para impedirla o si apoyamos un reconocimiento a Gallardón mientras éste pasa de arruinar Madrid para generaciones a perseguir las libertades de las mujeres se hace muy difícil forjar la unidad de la izquierda madrileña: pues la izquierda que está en la calle es, en altísima proporción, militante de Izquierda Unida.
En la próxima Asamblea Regional de IU-CM probablemente se escenificará cierta división. La fase regional de la Asamblea Federal de Izquierda Unida (que están coincidiendo en el tiempo) muestra que el cambio en IU-CM es muy posible pero que, sea cual sea el resultado, ni las opciones de cambio ni las continuistas superarán el 51 o 52% de la militancia. Frente a la imagen de unidad que conseguimos generar hace algo menos de cuatro años, esta vez la imagen, casi seguro será de división.

Si aquella unidad fue ficticia, ¿qué razones hay para no pensar que esta fractura interna a la que parecemos abocados no pueda también ser ficticia?

El cambio que proponemos quienes presentamos el documento Cambiar IU-CM para transformar Madrid supone un cierto giro en el discurso político, un reconocimiento de que no estamos en una mera crisis de ciclo económico sino en una crisis radical, una crisis que arrastra necesariamente lo político, una crisis de régimen. Pero más allá de eso, planteamos cambios en las formas de funcionamiento para que Izquierda Unida en Madrid sea un espacio de convivencia fraternal entre compañeros que compartimos un enemigo. Ese enemigo lo tenemos claro el 99% de la organización. El enfrentamiento interno es estructural sólo si el centro de la actividad política no es ese combate del enemigo sino viejas disputas, triquiñuelas y conflictos enquistados que sólo tienen por objeto mantener un funcionamiento que merece el continuo reproche de nuestro entorno sociológico. IU-CM se ha convertido en una anomalía en el conjunto de IU, que hace tiempo que incorporó de forma transversal y generalizada discursos mucho más rupturistas y, sobre todo, prácticas más coherentes con los intereses que defendemos: los de los trabajadores, los de nuestro pueblo.

La unidad no se fabrica poniéndose de acuerdo en una lista de 90 nombres. La unidad en una organización política, un 99% de cuya gente comparte objetivos y discurso con los matices que tanto enriquecen a IU, se construye de otra forma. Se construye con la confianza de que hay un funcionamiento regular que cuenta con la participación de toda la militancia, que hay rendición de cuentas, que hay participación real en una organización que pase de ser controlada por un núcleo dirigente cuyo ciclo está muy superado a ser una organización tan democrática como la sociedad que proponemos.

Si se da el cambio en la próxima asamblea de IU-CM será por muy pocos votos, quizás por un 51%. Ni podemos ni vamos a ser tan miopes de pensar que quienes votaran candidaturas de las que discrepemos son antagonistas. La primera tarea tendrá que ser la unidad: conseguir que en la nueva IU-CM se sienta cómoda el 60% de la militancia en una semana, el 70% en muy poco tiempo más y el 99% lo antes posible. Para ello la receta no puede ser cosmética: pasa por la confianza, la transparencia, la democracia, la rendición de cuentas, la fraternidad… Esas son las herramientas para una IU-CM unida.

Presentar una o varias listas (algo perfectamente integrado en la cultura política de las gentes de IU) es sólo un instrumento para saber si la militancia quiere cambio o continuidad. Es la normalidad democrática con la que se presenta a la militancia la diversidad felizmente existente en nuestra organización, no sólo en IU-CM sino seguramente en cada una de las asambleas de toda IU. En ningún caso las fracturas internas vienen por cuántas listas haya sino siempre por cómo se gestiona el resultado. Y tanto si se produce el resultado que esperamos como si la militancia opta por una cierta continuidad nuestra organización es IU y nuestra lealtad al conjunto del proyecto está fuera de toda duda. Precisamente esa lealtad es por la que presentamos una propuesta de cambio que pensamos que mejorará a IU, a la izquierda en su conjunto y a las posibilidades de nuestro pueblo de vencer a la troika.

El pasado domingo celebramos en Madrid la fase madrileña de la Asamblea Federal de IU. En buena parte se podía interpretar como una “fase previa” a la Asamblea Regional. Y el resultado sólo dejó dos evidencias: que el cambio es absolutamente posible y que la asamblea regional se decidirá por poquísimos votos. La posibilidad de cambio generó una inmensa ilusión de la que tuve el honor de ser receptor al ser, circunstancialmente, cabeza de una de las candidaturas de cambio. Pero no podemos resignarnos a que eso suponga la división de la organización. Si hace cuatro años muchos pensamos que la unidad traería el cambio, hoy la apuesta es mucho más segura: el cambio traerá la unidad y junto a ella la ilusión entre el conjunto de la izquierda y una nueva relación con la izquierda sociológica madrileña, que nos está esperando con una paciencia que nunca sabremos agradecer.
Nuestro pueblo no merece una izquierda madrileña fraccionada y anclada en esas mismas formas políticas que son señaladas por la ciudadanía en todas las encuestas y que no tienen nada que ver con las que hay en el conjunto de Izquierda Unida. Tampoco tienen que ver con el 99% de una militancia que está en otras cosas: en formar piquetes, en participar en tal o cual marea o en la asamblea popular del barrio. O en todas esas cosas a la vez.

Al día siguiente de la Asamblea Regional seguirá habiendo un gobierno madrileño que quiera entregar nuestra sanidad a sus amiguetes como quisieron hacer con el Canal de Isabel II. Habrá un gobierno madrileño que sea el máximo exponente de las políticas de la troika que están destruyendo nuestro país. Y habrá un pueblo en la calle, plantando cara en las plazas, en los centros de trabajo, en los piquetes. No podemos fallarle, no podemos presentarle la misma izquierda de tanto tiempo, con sus mismas miserias tan arcaicas. El cambio de IU-CM es vital para que ser una organización útil para la transformación de Madrid. Y andando por ese camino la unidad de la izquierda tiene que ser facilísima de conseguir.
(*) Hugo Martínez Abarca es secretario de comunicación interna de Izquierda Unida-Comunidad de Madrid y autor del blog Quien Mucho Abarca. Encabezó la lista de “Cambiar IU-CM para transformar Madrid” en la fase madrileña de la X Asamblea Federal.

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